Histórico anuncio. La Santa Sede, el Episcopado argentino y la Nunciatura en Buenos Aires acordaron abrir los archivos de la Iglesia católica durante los duros años de la Dictadura Argentina (1976-1983), en los que 13.000 personas fueron asesinadas o desaparecieron.

“De acuerdo a un protocolo que se establecerá próximamente, podrán acceder a la consulta de los documentos referidos a las víctimas y familiares directos de los desaparecidos y detenidos y, en el caso de religiosos o eclesiásticos, también sus Superiores mayores“, subraya el comunicado conjunto, tiene como premisa “el servicio a la verdad, a la justicia y a la paz,continuando con el diálogo abierto a la cultura del encuentro en el pueblo argentino”.

El acuerdo se alcanzó el pasado 15 de octubre, durante el encuentro de los obispos argentinos con el Papa, y justo antes de la canonización del cura Brochero y el encuentro de Bergoglio con el presidente Macri. Se trata de documentos de la Secretaría de Estado vaticana, la Nunciatura en Buenos Aires y las diócesis argentinas, cumpliendo así una promesa que el propio Francisco hizo a las Madres de Mayo.

Jorge Bergoglio fue el superior de los Jesuitas durante la dictadura y posteriormente fue arzobispo de Buenos Aires. Según se cuenta en “La lista Bergoglio”, el hoy Papa salvó a varios ciudadanos de la persecución por parte de la Dictadura y los paramilitares.

Siendo presidente del Episcopado argentino, en 2012, avaló la publicación de una nota en la que los obispos aseguraban conocer “los sufrimientos y reclamos de la Iglesia, por tantos desaparecidos, torturados, ejecutados sin juicio, niños quitados a sus madres, a causa del terrorismo de Estado”.

No podemos ni queremos eludir la responsabilidad de avanzar en el conocimiento de esa verdad dolorosa y comprometedora para todos. A pesar de que la historia vivida no se deja desentrañar fácilmente, y tampoco la responsabilidad que cabe a cada persona, nos queda la preocupación por completar un estudio demorado pero necesario”, subrayaba el escrito episcopal. Hoy, este deseo comienza a ser una realidad.

El portavoz del Vaticano, Greg Burke, enfatizó que en principio solo tendrán acceso a los archivos las personas que tuvieron participación directa en la guerra, no los estudiosos, aunque insinuó que el acceso se ampliaría más adelante.

Leer: Comunicado Conjunto de la Conf. Episcopal Argentina y Vaticano

 

 



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