El coronavirus ha afectado al de por sí debilitado sistema educativo venezolano “soslayado a nivel presupuestario e igualmente ignorado en políticas públicas”, denunció -el pasado 16 de septiembre- la Conferencia de Obispos de Venezuela, a través de la Comisión de Educación, en un comunicado.

Y es que la grave crisis afecta todos los niveles –desde el prescolar hasta el universitario–, sobre todo aquellas instituciones dependientes del Estado que se encuentran en decadencia “por la falta de cuidado y mantenimiento, además de hurtos y vandalismo acometidos contra las instalaciones”.

En ese sentido, los obispos enumeraron una serie de factores que traban la labor educativa en tiempos de pandemia, entre ellos “la falta de recursos económicos y tecnológicos, de una parte considerable de la población, unido al deterioro de los servicios de telefonía e internet, aumentan la exclusión del sistema”.

A esto se le suma la aguda escasez de gasolina que dificulta la movilización de estudiantes y docentes como el alto costo de la vida que “ha incidido en la creciente deserción escolar y profesional en todos los sistemas y niveles”.

Por tanto los prelados han exigido principalmente a las autoridades garantizar el cumplimiento de la Constitución que en su artículo 104 reza: “El Estado creará y sostendrá escuelas, instituciones y servicios suficientemente dotados para asegurar el acceso a la educación y a la cultura, sin más limitaciones que las derivadas de la vocación y de las aptitudes”.

Fuente: Vida Nueva



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