El pasado domingo 31 celebramos la Fiesta de la Sagrada Familia, volvamos la mirada a la Familia de Nazaret, su ejemplo nos invita a convertir nuestros hogares en “Santuario de vida y de amor”. También nos mueve a manifestar nuestra solidaridad con los familiares de los miles de víctimas que sufrieron durante la dictadura Fujimori-Montesinos.

En esos años de la dictadura, yo era presidente de la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS) y tuvimos que enfrentar múltiples casos de asesinatos extrajudiciales, de secuestros y de lesión de los Derechos Humanos, con denuncias y acompañamiento a los familiares. Los autores de tantos abusos y crímenes están en las cárceles, porque ellos mismos labraron su prisión.

Ayer, hoy y mañana la Iglesia siempre rechazó y rechazará toda forma de violencia, venga de donde venga.

Es necesario que el gobierno escuche y tenga en cuenta el sentir de los familiares de las víctimas, también atender y reflexionar sobre el sentir de nuestro pueblo, que masivamente se manifiesta en todas las regiones contra la decisión presidencial inconsulta y todos debemos trabajar por el respeto a los Derechos Humanos, especialmente de los más pobres. Oremos por las víctimas y sus familiares.

Monseñor Bambarén



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