¿Qué nos ofrece el Museo del Convento San Francisco?

Museo del Convento San Francisco

Si uno camina por el Centro Histórico de Lima y no se detiene frente al imponente conjunto arquitectónico de San Francisco, simplemente no ha visto Lima. El Museo del Convento San Francisco es mucho más que una iglesia antigua: es un túnel al pasado, una joya patrimonial en pleno corazón de la capital y, sin exagerar, uno de los sitios más fascinantes de todo el Perú virreinal.

Índice

Un pedazo vivo del siglo XVII

El Convento de San Francisco de Lima fue construido a lo largo del siglo XVII, y lo que se ve hoy es el resultado de siglos de historia, reconstrucciones tras sismos, y un permanente esfuerzo por conservar su esplendor barroco limeño. En sus muros resuena aún la influencia de los franciscanos, que llegaron al Perú en 1532 con la misión de evangelizar y construir, literalmente, desde cero. Y vaya que lo hicieron bien.

Hoy, el museo funciona como parte del complejo monumental integrado por la iglesia de San Francisco, el convento, la biblioteca, las catacumbas y varios claustros internos. La experiencia no es solamente visual: es sensorial, espiritual y, por momentos, hasta sobrecogedora.

La arquitectura barroca limeña en su máxima expresión

Una de las principales razones por las que este museo deslumbra desde la primera mirada es su arquitectura. El estilo barroco limeño, una adaptación local del barroco europeo con materiales y técnicas andinas, se deja ver en la fachada principal de piedra, en las tallas doradas del altar mayor, y en cada rincón de sus altares laterales.

Los claustros con azulejos sevillanos del siglo XVII, los techos con artesonados mudéjares y los patios internos con jardines bien cuidados le dan al visitante una sensación de equilibrio entre la majestuosidad y el recogimiento.

¿Qué se puede ver dentro del museo?

Este museo no se limita a mostrar objetos antiguos. Tiene un guion museográfico que permite comprender la vida cotidiana de los frailes, los procesos religiosos y las dinámicas culturales del virreinato. Entre sus atractivos más destacados están:

Las catacumbas: quizás la parte más famosa del recorrido. Se trata de un antiguo cementerio subterráneo utilizado hasta inicios del siglo XIX. Se estima que hay restos de más de 25 mil personas. El diseño con que están dispuestos los huesos impresiona tanto como la penumbra que envuelve cada pasadizo.

La biblioteca virreinal: un tesoro silencioso que guarda más de 25 mil volúmenes, algunos de ellos incunables (anteriores al siglo XVI). Libros de teología, filosofía, derecho y medicina que muestran el nivel intelectual de los religiosos de la época.

La sala de arte religioso: aquí se exhiben obras de la escuela cusqueña, retablos policromados, esculturas coloniales y una imponente Última Cena pintada por Diego de la Puente, donde el cuy reemplaza al cordero, como símbolo de sincretismo cultural.

El coro alto y el órgano: uno de los más antiguos de América Latina, tallado en madera de cedro y con detalles que aún conservan restos de pan de oro. Desde allí, se puede observar la nave central de la iglesia con una vista que simplemente deja sin palabras.

Horarios, entradas y recomendaciones prácticas

Visitar el Museo del Convento San Francisco es bastante accesible. A marzo de 2024, el costo de entrada general bordea los S/ 15. Existen descuentos para estudiantes y adultos mayores. Las visitas se realizan con guía incluida, lo que garantiza una experiencia completa y didáctica. Los guías dominan varios idiomas y manejan muy bien la historia del lugar.

Tipo de entradaPrecio aproximado
GeneralS/ 15
EstudiantesS/ 7
Adultos mayoresS/ 10

Horarios: De lunes a domingo, de 9:00 a. m. a 5:00 p. m., excepto los días feriados nacionales. Para confirmar horarios actualizados, es recomendable consultar directamente en Peru.travel.

Consejos útiles:

  • No está permitido tomar fotos dentro de las catacumbas ni grabar videos.
  • Lleva calzado cómodo. El recorrido dura alrededor de 1 hora y hay tramos con escaleras y pisos de piedra.
  • El museo está ubicado en Jr. Lampa, a pocos pasos de la Plaza Mayor. Se recomienda no llevar objetos de valor si vas caminando por la zona.

Un espacio de fe, arte y reflexión

Más allá de su valor turístico, San Francisco es un sitio de recogimiento. Las misas siguen celebrándose, y muchas personas visitan el lugar no solo por curiosidad histórica, sino por motivos espirituales. A veces es fácil olvidar que, en medio del bullicio del Centro de Lima, existen oasis como este, donde el tiempo parece suspenderse y la ciudad se convierte, por un rato, en una especie de cápsula barroca.

El historiador y cronista José de la Puente Brunke lo ha descrito como “uno de los espacios donde mejor se expresa el alma del virreinato peruano”. Y no exagera. Cada baldosa, cada retablo, cada sombra proyectada en sus muros altos cuenta una historia. Lo interesante es que esas historias no se repiten mecánicamente, sino que cobran vida según el visitante. Cada quien encuentra allí lo que necesita encontrar.

¿Por qué sigue siendo un lugar imprescindible?

Porque resume con precisión lo que es Lima: una ciudad de contrastes, donde lo antiguo y lo moderno no solo conviven, sino que se complementan. Mientras a unos metros se arman marchas, conciertos o se negocian celulares en Mesa Redonda, dentro del museo, el tiempo se detiene.

Para los limeños, el Museo del Convento San Francisco no debería ser solo una parada para turistas. Es parte de nuestra identidad. No se puede hablar de la historia de Lima, de la fe católica en el Perú, ni del arte colonial, sin mencionar este lugar.

Para quienes visitan desde fuera, representa una experiencia profunda y estética que trasciende la postal. Y si uno tiene suerte, hasta puede cruzarse con una de esas lluvias ligeras que caen en invierno limeño, haciendo que la piedra mojada y los ecos del convento se sientan más vivos que nunca.

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