Por: María Rosa Lorbes (*)
Se ha publicado el documento final del Sínodo que fue votado el sábado por 180 Padres Sinodales. ¿Cree que han escuchado al Espíritu de Dios en las demandas de los amazónicos, como pidió el Papa?
Creo que la gran mayoría sí. El documento lo demuestra. Ha recogido las demandas de defensa del territorio y de los derechos de los pobladores de la Amazonía, su cultura, su cosmovisión, su cuidado del ambiente. Le han pedido a la Iglesia que sea su aliada frente a los atropellos de las empresas extractivas y al abandono del Estado, y la Iglesia ha dicho sí. También ha sido del agrado de la mayoría, aunque no de todos, que el documento hable de la posibilidad, según las circunstancias, de conferir la ordenación sacerdotal a líderes amazónicos casados, reconocidos por su comunidad, y de la necesidad de crear nuevos ministerios para reconocer el importante papel de las mujeres amazónicas en la sociedad.
Hace un año, Roma lo designó como uno de los 4 expertos en los documentos de preparación del Sínodo. También usted participó en la fundación de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM). Cuéntenos más.
Hace seis años, cuando el papa Francisco hizo su primer viaje a América Latina (AL), llevó a Brasil esa preocupación. Al reunirse con los obispos, les dijo que el 20% de la Amazonía ya estaba perdida irrevocablemente y que esto era un problema muy serio por las consecuencias y los efectos, no solo por la pérdida del bosque tropical, sino por el efecto que esto tuviera en la gente y en el equilibrio climático del planeta. Y el Papa añadió que le parecía muy importante que la Iglesia en AL tuviera una iniciativa nueva y “corajuda”. En cuanto a La REPAM, después de la visita del papa a Brasil, hubo varias reuniones en distintos países. Yo era el secretario ejecutivo de la Comisión Justicia y Solidaridad del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano), cuyo presidente era el cardenal Pedro Barreto. A él le impactó mucho la realidad amazónica y sus problemas. Siguieron más reuniones de los obispos relacionadas con la Amazonía y así en 2014 se fue aclarando la necesidad de formar una “red”. Tenemos el orgullo de que un peruano, el cardenal Barreto, fuera el impulsor del REPAM y el que la presentó ante el Papa.
¿Cómo surgió el Sínodo?
O sea, la idea vino de la Amazonía.
Vino del Perú. El Papa escuchó muy bien a los obispos peruanos y convocó el Sínodo. Luego cuando vino a Madre de Dios, Franciscodijo: “El Sínodo comienza aquí a las 5 p.m.”. Así 87 mil personas participaron en el proceso de consulta.
Este proceso previo no era normal en los Sínodos hasta que llegó Francisco…
Así es. Se hizo una consulta tremendamente activa, en un espacio de 7 meses. La REPAM planificó 45 encuentros territoriales en la Panamazonía; hubo simposios temáticos; encuentros de las CONFER de cada país, de la CLAR. Un grupo de gente de Brasilia fue capaz de sistematizar toda esa gran cantidad de actas de varias decenas de reuniones y comprobaron científicamente que más de 87 mil personas habían participado en el proceso de consulta. Otra cosa importante también es que, de los 4 mil 400 pueblos indígenas de la Amazonía, hubo una presencia del 40% en las asambleas. Sobre la marcha, en esas reuniones, algunos comenzamos a repensar nuestra teología.
¿Y cuáles fueron sus principales descubrimientos teológicos?
Comenzamos a hablar mucho más sobre la importancia de la escucha, reformulando el esquema eclesial clásico del ver- juzgar-actuar. Constatamos que no bastaba con “ver”, era importante oír a la Panamazonía como tal, como el “nuevo sujeto”, que nunca había sido escuchado, porque era considerado la no persona. La nueva constitución apostólica sobre los Sínodos, reformada por este Papa, dice que estos deben convertirse cada vez más en un instrumento privilegiado para escuchar al Pueblo de Dios. Usa 4 veces, en 3 líneas, la palabra “escucha” (EC, 6). Eso es lo que se expresa en el documento final.
(*) Responsable del Observatorio Socioeclesial “Signos de los Tiempos” del Instituto de Fe y Cultura, UARM.
– Esta entrevista también fue publicada en la versión digital e impresa del diario La República el 28 de octubre del 2018.
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