La realidad que vive la Amazonía, especialmente la de Brasil, ha provocado una reacción que se presentará hoy 15 de abril en la ONU. Diferentes organizaciones eclesiales, sociales, indígenas y políticas han preparado un evento en el que denuncian la grave crisis que vive el país y la Amazonía.
Crisis económico-financiera, aumento incontrolado de la pandemia, visión de la Amazonía como territorio de explotación desmedida, acaparamiento de tierras, corrupción, violencia e impunidad. Todo ello amenaza los equilibrios climáticos, la protección de los pueblos y la biodiversidad, con impactos planetarios.
La crisis ha provocado que los territorios protegidos se conviertan en lugares de extractivismo depredador y de expansión de la frontera productiva. Ante esto, la comunidad internacional está presionando y buscando formas de proteger la Amazonía, como será denunciado en el evento. En él se recordarán las promesas del presidente Biden de luchar contra el cambio climático, denunciando que no ha habido una comunicación transparente sobre el contenido de estos diálogos institucionales entre los gobiernos de Estados Unidos y Brasil.
Las políticas anti ambientales, anti indígenas, antidemocráticas y negadoras de la ciencia del gobierno brasileño están teniendo un impacto especial en la región amazónica, donde el Estado está deliberadamente ausente y el desmantelamiento o el control político-militar de los organismos de protección del medio ambiente y de los pueblos originarios está aumentando la impunidad, la violencia, la criminalización y el asesinato de los líderes.
Lo que se quiere denunciar es que el acuerdo entre EE.UU. y Brasil, negociado con rapidez y poca transparencia, puede tener un efecto contrario a la intención anunciada. No son claras sus garantías de respeto a los derechos de los pueblos y de la naturaleza, y el acuerdo puede convertirse en una legitimación de la agenda de destrucción de la Amazonía, que avanza en el Congreso Nacional de Brasil, impulsando la desregulación de la legislación ambiental y de la tierra en Brasil.
Se pide la defensa, la vigilancia y la cooperación internacional en Brasil para garantizar las vacunas para la población amazónica; la atención sanitaria; el presupuesto para los órganos e instituciones de inspección y control ambiental; la valorización del desarrollo sostenible; la regularización de la tenencia de la tierra de las pequeñas propiedades y la demarcación de los territorios quilombolas; la garantía efectiva de los derechos indígenas y la demarcación urgente de todas sus tierras.
Hoy habrá dos actos públicos, con la participación de los pueblos amazónicos, la sociedad civil, los políticos y los artistas. Uno será transmitido desde el Congreso de los Estados Unidos, por la tarde, con la participación del Cardenal Pedro Barreto, presidente de la Red Eclesial Pan-Amazónica (REPAM), el otro desde la Cámara Federal en Brasilia, con la participación de Mons. Erwin Kräutler, presidente de la REPAM-Brasil.
Fuente: Celam
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