Si bien es cierto la minería es una fuente importante de ingresos para muchos países, ésta no siempre opera responsablemente en la naturaleza. Ese el caso de Belisário, en la región del Parque Estatal “Serra do Brigadeiro”, Brasil, donde la minera CBA – Companhia Brasileira de Alumínio quiere operar. Esta zona es una gran reserva de bosques naturales, con una biodiversidad vasta y hermosos paisajes.

 

Según Frei Gilberto Teixeira da Silveira, sacerdote franciscano que realiza su labor pastoral en el distrito de Muriaé, Minas Gerais, Brasil, esta empresa operó en la ciudad de Itamarati de Minas, donde dejó estragos y desolación. En la actualidad la empresa minera CBA – Companhia Brasileira de Alumínio, perteneciente al conglomerado Votorantim, trabaja en Mirai y São Sebastião da Vargem Alegre, municipios vecinos a Belisário. Este hecho despierta las sospechas de los habitantes de la zona acerca de una intención por parte de la empresa de saquear toda la región, zona rica en nacientes de agua dulce.

 

Belisário es una región de pequeños productores, de agricultura familiar y de turismo por la belleza de los paisajes y la gran cantidad de flora y fauna. Por ello, los pobladores de la zona no están contentos con la llegada de la empresa minera al distrito. “Nosotros entendemos que la llegada de la minería constituye un problema grande para todo el conjunto de vida que tenemos allí”, sostiene Frei Gilberto, quien además ha recibido amenazas al salir en defensa de la comunidad y su territorio.

 

El sacerdote narró que recibió una amenaza muy agresiva, ya que enviaron a un hombre armado para amedrentarlo y que no hablara sobre la minería en las misas ni en cualquier espacio de la comunidad. Esta estrategia basada en el miedo no funcionó, al día siguiente la noticia fue divulgada en internet, haciendo visible la situación para así garantizar la seguridad de los involucrados.

 

La comunidad de Belisário ha recibido todo el apoyo posible para hacer frente a las amenazas de la empresa minera CBA. El obispo de Leopoldina, publicó una carta repudiando el hecho y brindó todo su apoyo al fraile. También han recibido la ayuda de más de 70 movimientos y organizaciones que defienden el medio ambiente. La prensa local, a través de la radio, televisión y periódicos también han difundido la problemática de Belisário y de la región afectada por la minería.

 

Dentro de las medidas tomadas por las comunidades se han formado Asambleas Populares en comunidades rurales, cada una cuenta con más de 100 personas. A través de estas asambleas las comunidades han demostrado su preocupación frente a la minería. A raíz de estos sucesos las personas están convencidas que la unión popular puede impedir el ingreso de las mineras a territorios que son el sustento y la vida de miles de familias.

 

La Asamblea Legislativa del estado de Minas Gerais realizó este año una Audiencia Pública, de la cual salieron diversas propuestas, entre ellas la realización de audiencias públicas en las Cámaras Municipales de los tres distritos involucrados. Estas audiencias permiten que exista un diálogo entre las comunidades y las autoridades para tomar posturas favorables a la defensa y el cuidado de los territorios.  

 

A la resistencia se han sumado las escuelas, movimientos sociales, sindicatos rurales, la Iglesia y diversas organizaciones religiosas. Todas las entidades han formado el comité de la resistencia a la minería. “No podemos quedarnos dormidos, tenemos que estar siempre vigilantes, atentos y andando en las comunidades. Todo un trabajo grande de base”, afirmó el párroco de Belisário.



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