Solo cuatro a cinco personas hablan actualmente la lengua Chamicuro con fluidez. Esto convierte a este idioma amazónico en uno de los que más grave riesgo tiene de desaparición.

Oficialmente, la Base de Datos de Pueblos Indígenas del Ministerio de Cultura (MINCUL) indica que, según el censo de 2017, solo 26 personas “se han autoidentificado como parte del pueblo Chamicuro a nivel nacional”.

El dato se incrementa levemente hasta 75, en base al trabajo de campo del MINCUL pero a lo sumo habría 23 personas que conocen en diferentes niveles la lengua.

Que el Chamicuro podría quedar en pocos años en el olvido es un hecho y, para intentar que este mal pronóstico se cumpla, el Vicariato Apostólico de Yurimaguas acaba de comprometerse, mediante un convenio, a la revitalización y el rescate de la lengua.

Este compromiso nace desde el propio obispo, monseñor Jesús María Aristín. “Hace unos meses estuve escribiendo la historia del Vicariato de Yurimaguas, pues estamos cumpliendo cien años, y hay un capítulo que está dedicado a las etnias del Vicariato, a los pueblos originarios que han vivido toda la vida en este territorio”, comenta el obispo.

“Fue entonces que me di cuenta que, de los 11 grupos étnicos que hay en el vicariato, había uno que no conocía, el Chamicuro. No conocía a nadie de ese pueblo y me preguntaba ¿dónde estarán? Fue entonces que, casualmente, gracias a uno de nuestros periodistas de Radio Oriente, me puse en contacto con el hermano Antonio Inuma del pueblo Chamicuro”, agrega.

Indica monseñor, según los datos referidos por Inuma, que este pueblo se ubica principalmente en el caserío Pampa Hermosa, a orillas del Huallaga, y que cuenta con muy poca población, unos 210 pobladores y pobladoras.

“Nos acabamos de comprometer a elaborar un diccionario que recoja las palabras principales, al menos 500 o 1.000, o más de ser posible, para después trabajar en su gramática”, explica.

Para ello ya se ha establecido un convenio con la población local. “La elaboración de una lengua necesita siglos y  la participación de muchas personas, quienes desarrollan procesos de reflexión e imaginación, por eso, no hay derecho que perdamos y dejemos perder esta lengua, eso me parece un pecado mortal, es un atentado contra Dios y contra los hombres”, cree Aristín.

Fuente: CAAAP

Foto: P. Miguel Ángel Marugán



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.