La presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) se reunió los días 21 y 22 de septiembre con los presidentes y secretarios generales de las veintidós conferencias episcopales de América Latina y el Caribe, con el fin de continuar con el discernimiento necesario con respecto al proceso de renovación y reestructuración del organismo.
Al anunciar el objetivo de la reunión, recordó que la 37ª Asamblea General del CELAM efectuada en Tegucigalpa (Honduras), en mayo de 2019, definió el mandato de Renovación y Reestructuración, con el propósito de discernir una estructura organizacional más ligera, menos pesada, más flexible y eficaz en las respuestas, especialmente las pastorales y totalmente dispuesta a asumir los desafíos de la realidad de la Iglesia en el Continente. Cuestión que los ocupa durante estos días.
Al respecto, monseñor Cabrejos explicó que este objetivo supone un proceso en construcción, que se está realizando a partir de un discernimiento teológico-pastoral de los signos de los tiempos, para lograr una conversión integral e impulsar una Iglesia evangelizadora, misionera, sinodal y en salida que tenga en cuenta los rostros presentes en la realidad del continente, sin perder de vista que los procesos son siempre trasversales, y que “todo está interconectado”.
Por eso, aseguró que el CELAM se siente llamado a discernir la realidad para ponerse al servicio del pueblo de Dios y sigue adelante con su misión, apropiando la riqueza del magisterio representada en documentos como Lumen Gentium, Christus Dominus y Episcopalis Communio.
La finalidad del Consejo Episcopal como organismo de acompañamiento a las Conferencias Episcopales es mostrar nuevos caminos de evangelización, frente a los desafíos pastorales y socioculturales del continente.
En este sentido aseguró que el proceso de renovación y reestructuración del CELAM se enmarca en la línea propuesta por el Concilio Vaticano II, el Magisterio Pontificio, de las Conferencias Generales del CELAM, pero particularmente en el Magisterio del Papa Francisco, que de manera permanente anima e ilumina a caminar sinodalmente, en salida misionera y viviendo la alegría del Evangelio.
Esto implica “un camino de conversión pastoral de Medellín hasta Aparecida; de Aparecida hasta “Querida Amazonia” y caminando juntos hacia el 2031 – 2033, el año de la Redención, sin olvidar la próxima Carta Encíclica Fratelli Tutti”, agregó.
Fuente: Zenit
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