El pasado 23 de enero, el Episcopado peruano se pronunció sobre la tragedia ocurrida en el distrito de Villa El Salvador (Lima), donde un camión de gas licuado de petróleo explosionó y hasta el momento ha cobrado 14 vidas y más de 50 heridos.

Ante ello, los obispos dijeron que se sienten consternados y exigen “como sociedad, revisar seriamente la seguridad de todo aquello que pueda poner en riesgo la vida y la dignidad de las personas”.

“Hemos acompañado a las víctimas de esta desgracia, desde que conocimos la tragedia, con la presencia de los sacerdotes de la Diócesis de Lurín y lo seguimos haciendo con nuestra oración y solidaridad con las víctimas y sus familiares”.

Asimismo, reconocieron y agradecen la pronta respuesta de las instituciones y la solidaridad de la población. “Rogamos a Dios, el Señor de la Vida, por la salud de quienes sufren en los hospitales a causa de las quemaduras, pidiéndole por su pronta recuperación y acompañamos a los familiares de los fallecidos”, señalaron.



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