Se calcula que unos 9.000 hondureños han cruzado la frontera con Guatemala. Salieron a pie de San Pedro Sula, una ciudad del norte de Honduras, llevando lo poco que podían, y comenzaron un largo viaje en pequeños grupos el miércoles 13 de enero. Están dejando un país agotado por el desempleo, la violencia, una pandemia y los graves daños causados por los dos huracanes que recientemente azotaron América Central.
Inicialmente se ordenó a la policía guatemalteca que dejara pasar a los migrantes, debido a la presencia de familias con niños, pero el domingo en el departamento de Chiquimula, 200 kilómetros al este de la ciudad de Guatemala, los agentes trataron de bloquear el flujo de unas 6 000 personas, con el uso de gases lacrimógenos y cachiporras contra parte de la caravana.
La información procedente del país centroamericano habla de 3 000 hondureños que lograron en algunos casos avanzar, mientras que en otros casos la multitud se adelantó o decidió dar marcha atrás. Actualmente, las autoridades guatemaltecas hablan de 1 383 repatriados. Entre ellos, indica el Instituto Guatemalteco de Migración, hay 192 niños.
Desde 2018, al menos 12 caravanas de migrantes han intentado, casi siempre sin suerte, llegar a la frontera entre México y los Estados Unidos.
Las autoridades sanitarias locales de Guatemala, por su parte, hicieron saber que al menos 21 migrantes hondureños de la caravana han dado positivo en la prueba de Covid-19. La directora de comunicaciones del Ministerio de Salud guatemalteco, Julia Barrera, dijo que todos han sido trasladados a centros específicos de tratamiento para el coronavirus para que permanezcan en cuarentena, asegurando que ninguna de las personas positivas ha sido repatriada a Honduras, ya que primero deben mantener la cuarentena en Guatemala.
Fuente: Vatican News
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