El pasado domingo 15 de noviembre se celebró la IV Jornada Mundial de los Pobres. En la basílica de San Pedro, el Papa dio inicio a la jornada que este año tiene como lema “Tiende tu mano al pobre”.
Francisco abordó su homilía con la parábola de los talentos y afirmó que debemos pedir “la gracia de no ser cristianos de palabras sino de hechos, para dar fruto, como Jesús lo desea”.
“El servicio es obra nuestra, el esfuerzo que hace fructificar nuestros talentos y da sentido a la vida: de hecho, no sirve para vivir el que no vive para servir. En el Evangelio, los siervos buenos son los que arriesgan. No son cautelosos y precavidos, no guardan lo que han recibido, sino que lo emplean”, dijo.
Asimismo, recordó que la grandeza de nuestra vida no depende de cuánto acaparamos, sino de cuánto fruto damos. “Cuánta gente pasa su vida acumulando, pensando en estar bien en vez de hacer el bien. ¡Pero qué vacía es una vida que persigue las necesidades, sin mirar a los necesitados! Si tenemos dones es para ser dones”, explicó.
“Hoy, en estos tiempos de incertidumbre y fragilidad, no desperdiciemos nuestras vidas pensando solo en nosotros mismos”, agregó el Papa.
Y es que, como lo ha reconocido, “los pobres nos garantizan un rédito eterno y ya desde ahora nos permiten enriquecernos en el amor”. Porque “la mayor pobreza que hay que combatir es nuestra carencia de amor. Extiende tu mano a los necesitados, en lugar de exigir lo que te falta: de este modo multiplicarás los talentos que has recibido”.
Por último, Francisco ha aprovechado la jornada que él mismo instauró para instar a los católicos a que “si no queremos vivir pobremente, pidamos la gracia de ver a Jesús en los pobres, de servir a Jesús en los pobres”.
Puede leer aquí el mensaje del Papa para la IV Jornada Mundial de los Pobres: Mensaje del Papa para la IV Jornada Mundial de los Pobres
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