“El camino hacia adelante se tiene que hacer con los pies en la tierra y se empieza con los pies en la tierra de la patria. Si ustedes no aman a su patria, yo no les creo que lleguen a amar a Jesús y que lleguen a amar a Dios” expresó el Papa Francisco esta tarde en el encuentro con los y las jóvenes.

El Papa Francisco visitó el Santuario de Maipú para encontrarse con los y las jóvenes de Chile e inició compartiendo su alegría porque el encuentro se realice en Maipú, tierra donde con un abrazo de fraternidad se fundó la historia de Chile. Historia de un país a la que los y las jóvenes están invitados e invitadas a estar siendo protagonistas del Chile que sus corazones sueñan “sabiendo que el corazón de los y las jóvenes sueña y sueñan a lo grande”.

Expresó su preocupación por cómo se entiende y se vive la madurez en las personas: “Pareciera que en este ‘ya va a madurar’ de nosotros los grandes, donde parece que le tiráramos una frazada mojada encima para hacerlos callar, se escondiera que madurar es aceptar la injusticia, es creer que nada podemos hacer, que todo fue siempre así”. Debemos tener cuidado porque detrás de ese ‘ya va a madurar’ se esconde el tácito ‘ya se va a corromper’. Contrario a la corrupción, madurar es crecer y hacer crecer los sueños y las ilusiones juntos y juntas; los y las jóvenes no deben permitir vender sus ilusiones.

Tomando en cuenta la realidad de los y las jóvenes, anunció la realización del encuentro de jóvenes en Roma y el Sínodo de la fe y el discernimiento. Señaló la importancia de que las voces de los y las jóvenes cristianos, no cristianos, de otras religiones y los que dudan, todos y todas, sean escuchadas sin ‘filtros’ porque la Iglesia necesita un rostro joven, rostro joven real, “joven porque desde su corazón se deja interpelar”. Los y las jóvenes tienen que decir lo que piensan, la Iglesia lo necesita, pero también deben estar abiertos a las respuestas, al diálogo. Se necesita que “nos muevan el piso si estamos instalados, esas son exigencias si queremos estar más cerca de Jesús”.

Con el ejemplo de la vida tecnológica que llevan los y las jóvenes, Francisco utilizó la metáfora de un ‘cargador de celular’ y la ‘contraseña de wifi’ para explicar que cuando se carece de esas cosas, los y las jóvenes se sienten desconectados y desconectadas de lo que está pasando alrededor y lo mismo sucede con la fe. Sin conexión con Jesús se ahogan nuestras ideas, “nuestro ancho de banda también va cayendo despacito, nuestra conexión con Jesús se empieza a perder, nos gana el mal humor, nos volvemos descreídos, tristes, sin fuerzas, todo lo empezamos a ver mal”. Una vez que se ha perdido la señal con Jesús, muchos sienten que no tienen nada que dar pero lo cierto es que “te hacen sentir que no vales nada para que nada cambie”.  El Papa invitó a los y las jóvenes a pensar y buscar pronto en su interior qué tienen para aportar y a quiénes porque el país los y las necesita: “piénsenlo, ustedes le hacen falta a mucha gente”.

Con una frase del Padre Hurtado: “Contento, señor, contento”, valoró la alegría con la que hay que vivir a pesar de los desafíos del camino y compartió que la ‘contraseña’ para reconectar con Jesús es preguntarse siempre ¿qué haría Cristo en mi lugar?. No basta con escuchar alguna enseñanza religiosa o alguna doctrina, hay que vivir como Jesús vivió. Se tiene que traducir Jesús a nuestras vidas. El protagonismo de los y las jóvenes para hacer los cambios en la historia de Chile al que Francisco invita, necesita llenarse de las características y actitudes de Jesús pero también de las personas que caminaron con Jesús y que comprometieron su vida a la vida de las otras personas.

Francisco a los jóvenes La Iglesia los necesita.doc



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.