Por José M. Rojo, Lurín-Lima Sur
Hoy, jueves 2 de abril, Lima Sur despertó con una noticia que rompe todos los esquemas: no tiene nada que ver con el coronavirus, quien –a la mala- se ha adueñado de todos los titulares. El papa Francisco –bien asesorado, por cierto- acaba de nombrar obispo de Chulucanas al P. CRISTOBAL MEJÍA CORRAL, párroco de la parroquia Cristo el Salvador, en Villa El Salvador (VES).
Y digo bien asesorado porque si hay algún sacerdote en la diócesis de Lurín-Lima Sur con olor a oveja ese es el P. Cristóbal. Fue en julio de 1998 cuando Mns Gurruchaga –primer obispo de Lurín- lo nombró párroco de la que fuera primera parroquia en VES. Sí, esa en la que presidiera la primera misa, en la gran pampa, el cardenal Landázuri, el 24 de Diciembre de 1971 y a la que asistieron 2 varones, 5 mujeres, 9 niños y 15 perros. (Así reza la placa que aún se conserva en el patio de la entrada). En esos más de 20 años nadie sabe las sandalias y zapatos que habrá gastado el P. Cristóbal, pateando todos los barrios, visitando familias, grupos, comedores, capillas…
Pocos o quizás ninguno conozcan hoy en Lima Sur toda su parroquia como la conoce Cristóbal; pocos tengan ese carisma de ser y sentirse popular en medio de la gente; pocos tan sensibles ante el dolor y las necesidades de “los suyos”, pocos tan cercanos, tan humanos. Como contrapartida, seguro que ellos/as también “conocen su voz de pastor”.
Y lo conocen también como un hombre espiritual, un hombre de oración. No necesita aparentar, no necesita exhibirse. Se le nota en todos los encuentros y en todas las reuniones que tenemos. O yendo a comer a su casa. Por cierto, nunca faltará a la mesa un plato serrano (con un poco de suerte, hasta “su majestad el cuy”).
Nació Cristóbal en el corazón del Perú, en el Callejón de Huaylas, en Carhuaz, en diciembre de 1954. Fue ordenado sacerdote, por el cardenal Juan Landázuri Ricketts, en la catedral de Lima el 18 de Diciembre de 1989, después de concluir todos sus estudios sacerdotales en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima.
Al centro el P. Cristóbal Mejía, junto al P. José María Rojo (derecha) y otro sacerdote de la diócesis de Lurín.
Ya en Abril de 1990 lo tenemos en Lima Sur como Vicario Parroquial de El Niño Jesús, la parroquia matriz de todo el norte de la actual diócesis. Desde ahí, pasando por sucesivos lugares, nunca se ausentará de Lima Sur, siendo nombrado en 1997 Vicario Episcopal. Dos años después es nombrado Vicario General de la diócesis, hasta la llegada del nuevo obispo Mns. Carlos García Camader, el 2006. Posteriormente, entre otros cargos, ha sido Decano del decanato IV, que abarca, prácticamente, todo VES.
Sí, felicitamos a Mns. Cristóbal Mejía y le deseamos todo lo mejor en su vuelta al mundo rural del que salió, aunque en Piura no podrá practicar su quechua ancashino. Pero felicitamos especialmente a Chulucanas porque el Papa les ha regalado todo un pastor con olor a oveja (¡y eso no se pierde con los cambios!). En “tiempos del coronavirus” hemos aprendido que la solidaridad, el amor a los hermanos debe estar por encima de todo; por eso no nos lamentamos de lo que perdemos en Lima Sur, nos alegramos de lo que ganan en Chulucanas.
DIOS NUNCA NOS DEJA DE SORPREDERNOS Y ABRIRNOS UN CAMINO DE BONDAD Y AMOR, COMO LO HACIA PADRE CRISTOBAL, POR UN PELO NI GANO UNA CARRERA DE MARATHON, LA SANTIMA VIRGEN LO COBIJE EL ALTAR DE LA VERDERA FE, Y AMOR VERDADERI.
GRACIAS SEÑOR por permitirnos vivir en AMOR conociendo a Sacerdotes Pastores de la IGLESIA, porque con la LUZ de ellos podemos caminar. DIOS LOS BENDIGA GRANDEMENTE, un abrazo
Que orgullo , que felicidad, Mi más sinceras congratulaciones al Rvdo. Padre Cristóbal Mejía por tal envestidura, siempre lo recuerdo cuando nos encontrabamos en la Misa Dominical a la llegada del Sr. De los Milagros. De V.E.S y yo apoyaba en el cántico del Salmo Responsorial, que el Dador de la vida lo acompañe siempre
Doy gracias a Dios, por haber concedido un gran guía espiritual al quinto sector VES, padre Cristóbal Mejía, quién caminó por los arenales de entonces; quedo convencido por su carisma, estilo y espiritualidad, podrá conducir este nuevo cargo eclesial que el Señor le ha confiado. Felicidades para Chulucanas y bendiciones para el monseñor.