La encíclica Laudato Si, el aporte de los pueblos indígenas, el cuidado al medio ambiente, y el poco trabajo que ha venido realizando la Iglesia por los jóvenes son temas que ha tomado en cuenta el Monseñor David Martínez de Aguirre, Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, en su último mensaje previo a la visita del Papa Francisco a Madre de Dios el 19 de enero.
Asimismo, Martínez de Aguirre resalta la importancia de los pueblos indígenas en el cuidado de la naturaleza, sobre todo en la actualidad, donde importa más el capital. Es así, que resalta que “Los pueblos indígenas nos dan la posibilidad de repensar las relaciones entre nosotros y con la naturaleza. Lo que yo espero de este encuentro es que los pueblos indígenas sean reconocidos como actores importantes […], no solo para las políticas que afecten a sus territorios, sino también para las políticas nacionales y a nivel mundial”, añade.
Por otro lado, Monseñor David Martínez habla sobre el papel que ha tenido la Iglesia frente a los jóvenes. No obstante, afirma que aún se puede hacer algo por ganarlos en la fe. Finalmente, analiza qué habría motivado Sínodo Panamazónico convocado por el obispo de Roma para el 2019. Postula que con aquello se busca que la Iglesia Amazónica se unifique y se afiance en la comunión.
– ¿Cómo resumiría usted el mensaje que el Papa Francisco expone en la Laudato Si? En la Laudato Si, el Papa nos pone sobre la mesa el problema del planeta, el del calentamiento global y el del límite al que está llegando nuestra Madre Tierra. Por ello, el Santo Padre ha recogido diversas investigaciones, pensamientos de científicos, de diferentes activistas, de comunidades indígenas y de la ciudad. Ha querido recoger un pensamiento global para poner en evidencia los riesgos sobre la explotación a la que estamos sometiendo al planeta. El Papa está poniendo el dedo en la llaga, nos está advirtiendo de que existe hoy una crisis socioambiental. Si queremos cuidar el medio ambiente, tenemos que trabajar por la justicia social. Y si queremos vivir en paz, tenemos que cuidar el medio ambiente. El Papa desea que cada uno de nosotros aporte a este cuidado de la Casa Común, teniendo siempre en cuenta una especial atención para con nuestros hermanos más pobres y excluidos.
– A semanas de la visita del Santo Padre y después de haber vivido estos meses trabajando en los preparativos para su llegada, ¿qué espera que deje su visita a Puerto Maldonado? Unidad, esperanza e ilusión. Ese es mi sueño y estoy seguro que es también el sueño del Papa Francisco. Llenarnos de ilusión, devolvernos la fe, esa esperanza en que con Dios todo lo podemos. Podemos llegar a ser esa humanidad más “humana”, podemos lograr que nuestro planeta sea cada vez más habitable. Es posible vivir de una mejor manera, es posible vivir en armonía, todos sintiéndonos hermanos, es posible vivir sin que a nadie le falte lo más necesario. Esa es mi esperanza, que el Papa nos deje un mensaje que nos ayude a poder humanizar más nuestro mundo.
– ¿Cuáles son los sueños de monseñor David? Sueño con un mundo mejor, con una Iglesia que responda a la misión que Jesús le ha encomendado. Sueño con una Iglesia abierta, ilusionada con la fuerza del Espíritu; una Iglesia acogedora, que transmita la vida y el amor que recibe del mismo Dios. Y sueño con un mundo que acepta este mensaje como un mensaje de esperanza, que lo acepta con respeto por la diversidad. Sueño con un mundo de hermanos, con un mundo en paz.
– Hay una gran expectativa a nivel nacional e internacional sobre el encuentro del Papa Francisco con los representantes de los pueblos indígenas del Perú, Brasil y Bolivia. ¿Cómo se ha venido organizando y qué frutos se esperan para dichos pueblos? Lo primero que se ha hecho es llevar esta convocatoria a los pueblos indígenas, anunciar, contarles que el Papa Francisco está viniendo a verles. Les hemos contado quién es, qué significa este personaje, cuál es el mensaje que nos está dando el Papa hoy, por qué viene a Puerto Maldonado y por qué quiere tener un encuentro con ellos. Hemos tenido también diálogos con las federaciones y con organizaciones indígenas. Luego hemos empezado a generar planillas, a animar, de buscar modos de financiación para llegar, porque una de las dificultades que tienen las comunidades nativas, en su mayoría, es que viven en lugares bastante alejados.
Lo que esperamos del encuentro con los pueblos indígenas es visibilizarlos. El Papa en su encíclica Laudato Si dice que los pueblos indígenas son minorías, que debemos tener en cuenta, porque nos están dando la posibilidad de buscar otros rumbos a nuestra humanidad, la cual se ha conducido por unos caminos que, en algunos casos, nos están llevando a una crisis socioambiental. Lo que yo espero de este encuentro es que los pueblos indígenas sean reconocidos como actores importantes, que deben sentarse en las mesas de negociación de nuestro mundo, no solo para las políticas que afecten a sus territorios, sino también para las políticas nacionales y a nivel mundial.
– Un sector de la población cree que con la llegada del Papa a Puerto Maldonado se pondrá automáticamente freno a la actividad minera. ¿Qué mensaje puede dar al respecto? Me ha llegado la preocupación de alguna persona, la preocupación de que el Papa viene a arrasar con la minería. El Papa no viene a eso, no viene a organizar las actividades productivas del país. El Papa es un pastor y viene a confirmarnos en la fe y a traernos un mensaje de esperanza. Eso sí podríamos decir, que está viniendo a abrirnos los ojos y los oídos para que estemos atentos al grito de la tierra y al grito de los pobres, que es un mismo grito. En ese sentido, el Papa va hacer que reflexionemos, nos animemos y que busquemos cuál es el mejor modo de responder a este grito, que están dando la Madre Tierra y hermanos y hermanas que se sienten excluidos buscando un medio para sobrevivir.
En este sentido, quiero decirles que estén atentos al mensaje del Papa y que no dejen que nadie pueda manipularlos y que nadie pueda dirigirles en uno o en otro sentido. Vamos a escuchar al Papa y veremos qué de positivo podemos sacar cada uno de nosotros, para respetar nuestros derechos y deberes sobre la tierra, el techo, el trabajo y sobretodo haciendo que la Madre Tierra se vea respetada y pueda ser un bien para todos.
– ¿Cómo se está articulando la Iglesia para responder al grito de los pobres? Nos articulamos estando a su lado, al lado de nuestra gente. Nos articulamos en comunidades de fe y de vida, comunidades que preocupadas por la situación del día a día, preocupadas por la situación del campo, por el trabajo, por los problemas de la educación, de la salud, por los problemas de la familia; son iluminadas desde la fe, desde la luz de la Palabra de Dios. Desde la Iglesia estamos en el mundo, nos preocupamos y padecemos los problemas de la sociedad y desde ahí nos articulamos e intentamos dar una respuesta, desde las pequeñas comunidades con sus catequistas, desde la parroquia hasta todo el Vicariato.
– Existe un distanciamiento entre la Iglesia y los jóvenes, esto es algo que pasa no solo en Puerto Maldonado, sino en varias regiones del Perú y de otros países. ¿Cómo concretamente con la visita del Papa la Iglesia de Puerto Maldonado apunta a cambiar esta realidad? Y de lograrlo, ¿cómo se hace para hacer dicho cambio sostenible? ‘Joven’ significa entusiasmo, la venida del Papa es entusiasmo. Cuando los jóvenes escuchan el testimonio de alguien que te da vida, te mantiene en zozobra y que te hace sacar de ti lo mejor que tienes; eso activa, eso llama, eso dinamiza. Yo creo que el Papa tiene ese toque, que sabe llegar al corazón del joven porque sabe rescatar de él lo mejor, sabe descubrir sus ilusiones, sus esperanzas y les sabe involucrar en la construcción de un mundo mejor, en el cuidado de la Casa Común. Yo tengo la esperanza de que este mensaje del Papa nos ayude a motivar a nuestros jóvenes y que sea para ellos un llamado al compromiso con nuestra tierra y los más pobres. Esto será sostenible con mucho esfuerzo, con mucho trabajo y mucha dedicación; con los jóvenes hay que meterse en su mundo, hay que hablar en su idioma, hay que comprenderlos.
– El pasado 15 de octubre se anunció una asamblea especial: el Sínodo de obispos para la Amazonía (Sínodo Panamazónico), que se realizará el 2019. ¿Cuáles cree que son los objetivos de esta asamblea y qué beneficios traerá a la población indígena? Así como los grandes consorcios organizan estrategias para diseñar las políticas internacionales, las mega políticas y la solidaridad, los sectores de la Iglesia Amazónica, estamos queriendo unificarnos entre nosotros, que nos afiancen en la comunión, que nos ayuden a estudiar la problemática similar que tenemos en los diferentes rincones de la Amazonía y que nos ayuden a buscar soluciones en conjunto, que nos hagan de alguna manera hacer frente a las serias dificultades que están padeciendo las poblaciones más vulnerables de la Amazonía; que como Iglesia nos hagan organizarnos para evangelizar mejor y para poder cumplir esa misión que el mismo Señor no ha encomendado.
Fuente: Dominicos – Religión Digital
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