El pasado 20 de octubre, tras el rezo del Ángelus, el Papa Francisco sorprendió a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro con el anuncio de la extensión de la próxima XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.
Francisco explicó que “para dar más tiempo al discernimiento prolongado”, el Sínodo de la Sinodalidad se celebrará en dos sesiones, con un año de diferencia: la primera del 4 al 29 de octubre de 2023, y la segunda en octubre de 2024.
En su intervención argumentó que esta decisión “favorecerá la comprensión de la sinodalidad como elemento constitutivo de la Iglesia, y ayude a todos a vivirla como un camino de hermanos y hermanas que dan testimonio de la alegría del Evangelio”.
Además, esta elección está en continuidad con el actual camino sinodal, al que el propio Papa ha querido referirse. El Sínodo no es un acontecimiento, sino un proceso, en el que todo el Pueblo de Dios está llamado a caminar juntos hacia lo que el Espíritu Santo le ayuda a discernir como voluntad del Señor para su Iglesia.
Por ello, la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos asumirá también una dimensión procesal, configurándose como “un viaje dentro de un viaje”, para favorecer una reflexión más madura para el mayor bien de la Iglesia.
Ahora, continúa con una Etapa Continental que culminará con la celebración de Asambleas Sinodales Continentales, entre enero y marzo de 2023, convocadas para revisar el camino recorrido, para continuar la escucha, el discernimiento a partir del Documento de la Etapa Continental y según las especificidades socioculturales de sus respectivas regiones con el objetivo de lograr una etapa final en este camino espiritual.
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