El Papa rezó con los abuelos y los ancianos del mundo, el pasado domingo 25 de julio, con motivo de la primera Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores. En un vídeo, Francisco unió su voz a la de hombres y mujeres de distintos continentes para invocar el fin de la pandemia y de las guerras y dar gracias por el don de una larga vida hecha de alegrías y dificultades pero nunca sin el consuelo de Dios.
Una voz, muchos rostros, para una oración que tiene como protagonistas al Papa y a los ancianos del mundo. Abuelos: hombres, mujeres, matrimonios, de diferentes orígenes y colores, físicamente distantes pero cercanos en la fe y en la fuerza de la oración que los hace uno con Francisco y la humanidad.
De ellos surge, en un vídeo, la invocación al Señor para que calme la pandemia y acabe con todas las guerras, pero también la acción de gracias por los momentos de alegría y dificultad, por la bendición de una larga vida en la que nunca ha faltado el consuelo y la presencia viva del Señor. Así, las voces se alternan y entre ellas está también la de monseñor Laurent Noël que, a sus 101 años, es el obispo más anciano del mundo.
La primera jornada fue presidida por el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización. El evento contó con la participación de 2.000 personas de la diócesis y de las asociaciones implicadas en la pastoral de la tercera edad.
El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida informó en una nota que fueron en su mayoría abuelos acompañados por sus nietos, pero significativamente, hubo varios cientos de personas que salieron, por primera vez, de las estructuras residenciales en las que viven después de más de un año de aislamiento.
Al final de la celebración, los jóvenes presentes en San Pedro ofrecieron a los abuelos y ancianos presentes una flor con el mensaje del Santo Padre: “Yo estoy con vosotros todos los días”, que es también el tema de la Jornada.
Fuente: Vatican News
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