El Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) y la red de migración, trata y refugio Clamor han suscrito un comunicado para expresar su cercanía con quienes se han visto forzados a dejar su tierra cuando ayer, 20 de junio, se conmemoró el Día Mundial del Refugiado.

“Refugiado puede ser sinónimo de vulnerabilidad y expresión de lo que el Papa Francisco llama periferias existenciales, pero también es sinónimo de resiliencia, porque con la misma fuerza y coraje que han tomado la decisión de abandonar sus hogares”, dijeron.

Según Celam y Clamor, los refugiados “apuestan por la vida mejor, se ajustan saludablemente a las condiciones adversas y reconstruyen la historia de sus vidas desarrollando un sentido de pertenencia hacia las comunidades y sociedades de acogida”.

Además contribuyen en los diversos ámbitos de la vida social: económico, cultural, las comunicaciones, el servicio a las familias desde la salud y el bienestar, la educación, la pastoral, entre más.

En este sentido “para los católicos, este 20 de junio es una especie de preludio que les prepara también para celebrar la 107ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado el próximo 26 de septiembre con el tema: Hacia un nosotros cada vez más grande”.

“Con el que el Papa Francisco siembra la ilusión y el compromiso de construir sociedades más inclusivas en las que, en medio de la diversidad, y conviviendo armónicamente con extranjeros, nos reconozcamos parte de una misma familia humana”, destacaron.

Prosiguen: “Somos pasajeros de la misma barca planetaria, donde los bienes de la creación son disfrutados sin distingos de nacionalidad, postura política, cultura o raza por todos a todos y todas. El llamado es a cuidar la naturaleza y a cuidar, acoger, promover, proteger e integrar a todo ser humano, sin distingos”.

Fuente: Vida Nueva



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