El pasado 23 de diciembre, la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), en acuerdo con sus miembros de base en los países amazónicos, se han declarado en emergencia climática y en movilización permanente por la defensa de sus territorios. Todo ello ante el aumento de la minería ilegal y las cifras de deforestación de bosques, la exclusión y discriminación que enfrentan los pueblos indígenas en la política, y la muerte de los defensores ambientales.
Por estos y otros motivos, emitieron un pronunciamiento donde solicitan, además, “implementar el fondo de emergencia climática para la Amazonía, con el objetivo de destinar financiamiento directo a las iniciativas de energías renovables, economía indígena, educación intercultural, desarrollo de medicina tradicional, restauración, soberanía y seguridad alimentaria para la vida plena en los territorios de los Pueblos Indígenas”.
También exigen a los gobiernos e instancias internacionales tomar acción ante la emergencia climática, asumiendo su responsabilidad con acciones de reconocimiento de los derechos fundamentales de los pueblos indígenas; frenando la degradación de los ecosistemas y de la identidad cultural, y tomando en cuenta los conocimientos, costumbres y tradiciones de los pueblos para el manejo sostenible de la Madre Naturaleza.
Por último, piden trabajar de la mano con los gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y empresas responsables, “con el objetivo de impulsar un mecanismo financiero trasparente que permita direccionar la inversión climática en los pueblos indígenas”. En esa línea, se busca también la implementación de iniciativas que den acceso a energías limpias; así como la inclusión de la COICA y sus organizaciones de base como protagonistas en las metas y el diseño de proyectos de restauración de los ecosistemas al 2030, trabajo definido por la ONU.
Fuente: CAAAP
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