Habitantes de las comunidades del pueblo K’ana en la provincia de Espinar, en el Cusco, tienen altos niveles de metales y sustancias tóxicas en su cuerpo. Así lo sostuvo la organización Amnistía Internacional (AI) al presentar un nuevo informe en el que advierte que el Estado peruano está fallando en su obligación de garantizarles el derecho a la salud.
El documento “Estado de salud fallido: Emergencia de salud en Pueblos Indígenas de Espinar, Perú” concluye que existe suficiente evidencia científica sobre los daños a la salud relacionados con la exposición a metales.
A excepción del manganeso, que es un elemento útil en el cuerpo humano en cantidades muy pequeñas, el plomo, arsénico, cadmio y mercurio son sustancias tóxicas que no cumplen una función esencial en el funcionamiento del cuerpo humano.
Al contrario, el plomo, el cadmio y el mercurio son tóxicos aún en niveles bajos en el cuerpo, y el arsénico, especialmente el arsénico inorgánico, es altamente tóxico, revela la investigación.
El estudio fue realizado por AI en colaboración con la asociación Derechos Humanos Sin Fronteras y el experto en salud ambiental Fernando Serrano, de la Universidad de Saint Louis, Missouri, entre 2018 y 2020.
La investigación se efectuó en 11 comunidades indígenas ubicadas en el área de influencia del proyecto minero Antapaccay Expansión Tintaya – Integración Coroccohuayco, propiedad de la transnacional anglo-suiza Glencore.
El equipo de investigación tomó muestras de sangre y orina a 150 personas voluntarias de las comunidades. De ellas, un 78% (117 personas) presentaron niveles de metales y sustancias tóxicas por encima de los valores de referencia, lo cual representa un riesgo para su salud.
Fuente: Servindi
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