Ayer, domingo 29 de noviembre, comenzó el Tiempo de Adviento, preparación espiritual para celebrar el nacimiento de Cristo y los principales acontecimientos de la vida de Jesús. En ese sentido, el Papa Francisco emitió durante su rezo del ángelus aconsejó que para este tiempo “tratemos de hacer el bien y sacar lo bueno de las situaciones difíciles”.
Asimismo, recomendó una “mayor sobriedad, la atención discreta a aquellos que tienen necesidades y algún momento de oración en familia” como tres claves fundamentales “que nos ayudarán a vivir un buen camino de Adviento”.
En medio de la pandemia, el Papa dijo que este año será diferente e incluso más complicado que antes porque esta genera preocupación, miedo y desesperación. “Sabemos que la vida se compone de altibajos, de luces y sombras”, afirmó Francisco. “Cada uno de nosotros experimenta momentos de decepción, fracaso y pérdida”, pero aconsejó que no debemos caer en el pesimismo y la apatía.
Como una manera de afrontar este momento, el obispo de Roma recuerda que la confiada expectativa de Dios nos hará encontrar consuelo y valor en los momentos más oscuros que pasemos.
“El Adviento es una llamada incesante a la esperanza”, porque “nos recuerda que Dios está presente en la historia para llevarla a su fin último y su plenitud, que es el Señor Jesucristo”, dijo.
“El Señor nunca nos abandona; nos acompaña en nuestros acontecimientos existenciales para ayudarnos a descubrir el sentido del viaje, el sentido de la vida cotidiana, para infundir valor en las pruebas y el dolor” y, “en medio de las tormentas de la vida, Dios siempre se acerca a nosotros y nos libera de las amenazas”, finalizó.
Fuente: Vida Nueva
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