En declaraciones a Vatican News, sobre los sucesos ocurridos en Estados Unidos, el cardenal Turkson, prefecto del Departamento de la Santa Sede para la Promoción del Desarrollo Humano Integral, resaltó, el pasado 3 de junio, que el racismo es un fenómeno social muy extendido. “Ha habido apartheid en Sudáfrica, un sistema de castas en otras partes del mundo y lo que se ha hecho a los aborígenes”, indicó.
El cardenal recuerda que para nosotros “como Iglesia, esto va en contra de los fundamentos de nuestra concepción de la persona humana desde su creación. Somos creados a imagen y semejanza de Dios. Toda persona está imbuida de la dignidad humana que es preciosa a los ojos de Dios y que no le es conferida por ninguna persona humana” y esto es algo que hay que reconocer y promover.
En línea con los obispos católicos de los Estados Unidos, el prefecto remarca que “el asesinato de una persona no solo disminuye nuestra humanidad, nuestra familia humana, sino que es un grito a Dios para que nos escuche y nos haga justicia” y en una situación así, “el grito de justicia es el grito contra lo que hiere a la hermandad, contra lo que impide que la hermandad exista”.
Para el cardenal, ir a las raíces del racismo “significa que tenemos que reeducar el sentido de humanidad, el sentido de lo que significa la familia humana: Compartimos la misma dignidad que Dios nos ha dado, a nosotros que fuimos creados a su imagen y semejanza. Y somos diferentes”.
Igualmente, afirma compartir la postura del hermano de George Floyd, que sostiene que la ira debe ser canalizada en una acción civil no violenta y recuerda que Estados Unidos tiene una larga historia de manifestaciones pacíficas, como las de Martin Luther King.
No obstante, el purpurado va “un paso más allá”, y añadiría a la llamada a la no violencia “la llamada al perdón”: “Solo hay una cosa que puede ayudar a George ahora que se presenta ante Dios. Es el perdón para sus asesinos. Como lo hizo Jesús”.
Finalmente, invita a obispos, sacerdotes, pastores y líderes de las diferentes comunidades “a organizar un evento ecuménico e interreligioso. Podría tener lugar en un parque, al aire libre, y toda la gente podría reunirse para rezar. Lo único que George Floyd necesita ahora mismo es la oración: la oración cuando se presenta ante Dios”.
Fuente: Zenit
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