“Hay que debatir ideas y no descalificar personas; encaminar procesos de cambio y no solo cambio de gobernantes”, fue esta la petición que hizo la Iglesia boliviana el pasado 4 de octubre, ante la inminencia de las elecciones en el país.

En un encuentro con los medios de comunicación, el Secretario General de la Conferencia Episcopal, monseñor Aurelio Pesoa, recordó que nadie quiere volver a sufrir los conflictos sociales y situaciones de violencia que sucedieron en el país tras los hechos que provocaron la anulación de las elecciones el año pasado.

Igualmente, aseguraron que los candidatos de las diversas corrientes políticas deben presentar propuestas para construir un país de calidad que luche contra la pobreza y en el que la gente pueda percibir el progreso, la justicia, la calidad de la educación y la salud para todos.

Para ello, es necesario poner en práctica la tolerancia y la aceptación pacífica de los que piensan diferente, porque esta es una condición de una democracia madura. Esto también implica que todos los ciudadanos respeten el órgano electoral plurinacional como la autoridad constitucional del país que todos deben respetar y asumir sus decisiones y el ejercicio de su normativa electoral; como parte del espíritu democrático y la aceptación del estado de derecho.

Por eso, su misión es garantizar la transparencia, fiabilidad e imparcialidad de las elecciones y corresponde a los ciudadanos aceptar los resultados y construir en unidad un mejor futuro para el país.

El próximo 18 de octubre Bolivia tendrá sus elecciones generales y la Unión Europea solicitó que se bajen las presiones para que el país viva este proceso en paz, porque la violencia no sirve y es necesario organizar unas elecciones inclusivas, creíbles y democráticas.

Fuente: CELAM



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