El pasado 21 de abril, Domingo de Resurrección, se registró una masacre contra iglesias cristianas y hoteles en Sri Lanka. Este atentado dejó como saldo 310 personas muertas, así como medio millar de heridos.
En un comunicado enviado a la agencia Amag, de corte yihadista, el Estado Islámico ha asumido la autoría de esta masacre, alegando ser una represalia por los ataques que acabaron con la vida de 50 personas en dos mezquitas de Nueva Zelanda hace un mes. “Los ejecutores del ataque que tuvo como objetivo los ciudadanos de los países de la coalición y cristianos antes de ayer son combatientes del Estado Islámico”, expresó el Estado Islámico en un mensaje enviado por Telegram.
El secretario de Estado de Defensa y ministro portavoz del Gobierno de Sri Lanka, Ruwan Wijewardene, aseguró que el Estado Islámico tiene “contactos con una organización llamada Nacional Thowheed Jamath. Deberíamos dar pasos de inmediato para prohibir dicha organización, que tiene vínculos con elementos extremistas”.
Se pudo prevenir la masacre
Recientemente se ha conocido que la policía de Sri Lanka recibió el pasado 11 de abril una alerta de un servicio de inteligencia extranjero advirtiendo que se estaban planeando atentados contra iglesias del país. “Algunos altos cargos policiales estaban al tanto de ese documento, así que hubo una respuesta tardía. Es necesario tomar acciones contundentes para saber por qué la advertencia fue ignorada”, explicó el ministro de telecomunicaciones, Harin Fernando.
Por su parte, el primer ministro del país, Rail Wickremesinghe, admitió que contaban con la información y que el Departamento de Investigación criminal de la Policía aclarará las razones de la falta de reacción.
Fuente: Religión Digital
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