Más de dieciocho años de guerra han convertido a Afganistán en uno de los peores países del mundo para los niños. La Organización Internacional Save the Children, que lleva más de cien años luchando para salvar a los niños en peligro y asegurar su futuro, expresó -el último 30 de septiembre- su enérgica condena del ataque en esta nación, en la que una docena de civiles, entre ellos mujeres y niños, perdieron la vida ayer.
“Condenamos con vehemencia la explosión en la carretera de Daikundi que, según se informa, causó la muerte de cinco niños y siete mujeres que viajaban en un autobús ayer. Una vez más, los niños son víctimas inocentes de un conflicto que los rodea, un conflicto del que no forman parte”, afirmó Chris Nyamandi, director nacional de Save the Children en Afganistán.
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