En el marco de la XV Asamblea General ordinaria del Sínodo de Obispos, la cual tendrá como eje central “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, el pasado martes 19 de junio se llevó a cabo la conferencia de prensa de presentación del documento de trabajo (Instrumentum laboris).
En el documento presentado se describen las esperanzas y dificultades de casi 2 mil millones de jóvenes -entre 16 y 29 años- de todo el mundo. Este se encuentra estructurado en tres partes: reconocer, interpretar y elegir para ofrecer “las justas claves de lectura de la realidad juvenil”.
Es por ello que, con miras a responder algunas preguntas como “¿Qué es lo que quieren los jóvenes de hoy?” y “¿qué buscan en la Iglesia?”, se dieron a conocer las 7 palabras claves que contiene este texto y que buscan solucionar los problemas actuales que afrontan los jóvenes alrededor del mundo.
Los jóvenes quieren ser escuchados con empatía, precisamente “allí donde se encuentran, compartiendo su existencia cotidiana” y desean que sus opiniones sean consideradas, buscan sentirse parte activa de la Iglesia, sujetos y no meros objetos de evangelización.
Los jóvenes piden ser acompañados, a nivel espiritual, formativo, familiar y vocacional. Este acompañamiento no es una opción con respecto al deber de educar y evangelizar a los jóvenes, sino un deber eclesial y un derecho de todo joven que sirve para formar conciencias y libertad.
El tema de la conversión es tratado ampliamente en el documento sinodal. Por ejemplo, se habla sobre el drama de jóvenes cristianos que “representan una minoría expuesta a la violencia y a la presión de la mayoría que pretende su conversión” como también la solicitud de una “conversión sistemática” en el ámbito educativo, para que todas las estructuras formativas y sus miembros inviertan más en la “formación integral”.
Es una de las palabras mayormente presentes en el Documento, entendido como “estilo de una Iglesia en salida”, para responder a las exigencias de los jóvenes. El discernimiento debe ser ofrecido a las jóvenes generaciones como “instrumento de lucha” que los haga capaces de reconocer “los tiempos de Dios” y “no desaprovechar” sus inspiraciones y su “invitación a crecer”.
Algunos de ellos son la discriminación religiosa, racismo, trabajo precario, pobreza, migraciones forzadas y trata. Muchos de ellos, explica el documento, son generados por fenómenos de exclusión, por la “cultura del descarte” o por las nuevas y difusas tecnologías digitales.
El documento evidencia la visión reductiva del término “vocación”, ya que la pastoral vocacional es entendida como una actividad finalizada sólo al reclutamiento de sacerdotes y religiosos. Por ello, surge la necesidad de volver a pensar la pastoral juvenil vocacional para que sea “de amplio respiro”.
El texto concluye con una reflexión sobre la santidad, porque esta debe ser propuesta como “horizonte accesible a todos los jóvenes”. La juventud es un tiempo de santidad, y como todos los santos nacieron jóvenes, la narración de su vida puede permitir a los chicos de hoy que cultiven la esperanza para que “con coraje – como escribe el Papa Francisco en la oración final del Documento – tomen la vida en sus manos, apunten a las cosas más bellas y más profundas y conserven siempre un corazón libre”.
Fuente: Vatican News
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